sábado, 23 de junio de 2012

Los muchachos de la guerra

Muchachos a la guerra en el narcomenudeo en DF





Son los protagonistas de lo que ellos mismos llaman la guerra por la Plaza del Distrito Federal y se han empeñado a demostrar su existencia a las autoridades quienes niegan su presencia en la capital del país y el estado de México
Son jóvenes que oscilan entre 17 y 25 años, sin empleo ni estudios, la mayoría principiantes en el mundo del narcomenudeo a quienes se les paga por realizar levantones, distribuir droga, cobrar cuentas y decapitar a los rivales.
Es la cuadrilla de sicarios al servicio del cártel Nueva Generación del Chapo Guzmán y ellos mismos se llaman: “Los muchachos de la guerra”.


La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha documentado sus operaciones en múltiples homicidios relacionados con venganzas y cobro de cuentas por deudas de droga.
Protagonistas de lo que ellos mismos llaman la guerra por la Plaza del Distrito Federal, se han empeñado a demostrar su existencia a las autoridades que niegan su presencia en la capital del país y el estado de México.
“Nosotros nos dedicamos a robar, asaltar y extorsionar, la plaza de la mano con ojos, plaza que pertenece a la Nueva Generación del Chapo Guzmán, esto va con dedicatoria a aquellos que niegan la presencia en la zona Metropolitana y que sepan que la plaza no está olvidada. Atte. La Nueva Generación del Chapo Guzmán y La Mano con Ojos”, reza uno de los múltiples letreros escritos en cartulina y depositados, generalmente, junto al cuerpo de una víctima.
Algunos líderes de los llamados “Muchachos de la guerra” que han sido capturados por las autoridades del DF refieren en sus declaraciones ministeriales que operan bajo un esquema de jerarquías en el que destaca una “mesa directiva” conformada por los jefes de región, quienes a su vez tienen a su jefe de sicarios.
En dicha estructura delictiva dedicada al tráfico de drogas se maneja una nómina en la que destacan el rubro destinado al pago de las “Placas”, palabra con la que identifican a policías preventivos y de investigación del Distrito Federal.
En temporada de elecciones el rubro de la seguridad es una propuesta indispensable en la campaña de los candidatos locales y federales.
En el caso del Distrito Federal, el tema es medular dado que Miguel Ángel Mancera Espinosa, hasta ahora el más sólido aspirante a Jefe de Gobierno por parte del PRD, fue catapultado desde la Procuraduría de Justicia capitalina, donde fue el titular, a la candidatura de las izquierdas que hoy protagoniza.
A Mancera Espinosa le toco lidiar muy de cerca con estos temas y justo durante su administración se detonó la alarma de las decapitaciones y mutilaciones de personas relacionadas con el narco.
Sin embargo, el entonces procurador capitalino adoptó una postura de rechazo al asegurar que en el Distrito Federal no operan los grupos de la delincuencia organizada ni los grandes cárteles de la droga, pese a las sanguinarias evidencias.
Mancera es conocedor de una problemática muy específica que surgió en la ciudad de México a raíz de la llamada guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón, que propició una desbandada de personajes, integrantes de los grupos organizados, que huyendo de otros estados se refugiaron en ciertas zonas de la capital en busca del anonimato.
Conoce a “Los muchachos de la guerra”,  protagonistas de las múltiples decapitaciones ocurridas en los últimos dos años en la zona Metropolitana.
En las zonas rurales de las delegaciones Tlálpan, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Coyoacán y también en Tepito, estos grupos cobraron fuerza y rápidamente iniciaron redes de distribución, lo que a su vez propició venganzas y ajustes de cuentas entre rivales.
Poco a poco la participación de integrantes de los grupos delictivos “La Familia Michoacana”, “Los Beltrán Leyva”, “Zetas”, “Pelones”, “Mano con ojos” y “Nueva Generación”, fue evidente a través de mensajes plasmados en cartulinas elaboradas y abandonadas a propósito junto a las víctimas para dejar constancia de su presencia en el territorio capitalino.
Perseguidos, huérfanos de los grandes capos caídos en desgracia, imitadores o no, estos personajes son los autores de los misteriosos crímenes ocurridos en la ciudad.

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