La gran pendejada de Felipe Calderon
El fallido operativo de la Armada de México en el que detuvo a Félix Beltrán León, a quien confundió con un hijo de Joaquín Guzmán Loaera, El Chapo Guzmán, deja en evidencia “la dependencia crítica” de nuestras débiles estructuras de inteligencia militar y civil, respecto a los órganos de seguridad –particularmente de la DEA- de Estados Unidos.
Sostuvo lo anterior, Erubiel Tirado, investigador asociado de la Royal Service Institute (Rusi) de Londres y coordinador del Programa de Seguridad Nacional de la Universidad Iberoamericana, quien agregó que “no es la primera vez que los supuestos golpes de la Secretaría de Marina, como fue el operativo en que murió Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2010-, del Ejército y de la Policía Federal son en realidad, “producto del chivatazo institucionalizado” proveniente de las agencias adscritas a la embajada estadunidense o directamente de Washington.
Acciones que, subrayó, se nos presentan “como resultado de investigaciones propias cuando en realidad, el aparato de seguridad nacional se ha puesto al servicio de la agenda operativa y estratégica de los Estados Unidos.
El especialista en temas de seguridad nacional agregó que “el evidente fracaso” de la coordinación interinstitucional quedó demostrado desde la captura de Beltrán Leyva, en donde sólo participaron los marinos y se omitió el apoyo directo del Ejército y la Policía Federal”.
Aseveró que persiste la desconfianza entre los organismos del sector seguridad y defensa; la nula autoridad y falta de liderazgo de la Secretaría de Gobernación, además del recrudecimiento de las pugnas institucionales por acreditarse "logros" en materia de seguridad con el propósito de “ganar puntos” que les de visibilidad a los actuales operarios de estas acciones para figurar en el siguiente sexenio”.
Tirado alertó que la llamada coordinación inter agencial que es inducida por el Comando Norte, con el beneplácito de la administración de Calderón, muestra las limitaciones de un modelo impuesto “y no necesariamente acorde con la agenda de seguridad mexicana”.
Todo esto sin contar que la deformación institucional también inducida por el presidente Calderón, de fortalecer las fuerzas de infantería de Marina en detrimento de sus capacidades naturales en nuestros mares y costas, está mostrando que no es el camino correcto y que en el mediano y largo plazo perjudica estructuralmente a la institución.
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